LA ADOLESCENCIA COMO UN TIEMPO PARA CRECER
Una de las etapas más peculiares y significativas del crecimiento humano lo constituye la adolescencia, esta se caracteriza por una transición entre la niñez y la adultez. Es un periodo clave en donde se desarrollan aspectos físicos fundamentales que nos acompañaran a lo largo de la vida, a su vez también crece la personalidad y las capacidades de convivencia emocional con la familia y sociedad.
Es en esta fase, conocida como “Pubertad”, que se genera la búsqueda de identidad y la adquisición de conocimientos y habilidades fundamentales en la edad adulta; adicionalmente se aprende a tomar decisiones de una manera responsable. En la adolescencia se manifiesta el autodescubrimiento, siendo un punto de partida de la compresión y el cambio. Se debe agregar que es un periodo crucial para el desarrollo de las destrezas socioemocionales e interpersonales que serán la base en la etapa adulta.
La calidad de las amistades juega un papel fundamental, ya que a través de ellos los adolescentes se identifican, siendo un terreno fértil para generar confianza y valores; en el mundo de los amigos se aplica la empatía y la solidaridad, proyectándose la lealtad y el aprecio.
Con el amor y cuidado que se proyecta sobre los adolescentes y proveniente de familiares, maestros y amigos la incertidumbre se transforma en un camino lleno de sensibilidad y oportunidades, que permitirá en un futuro cercano ver florecer y crecer en la adultez.
Definir un proyecto de vida constituye uno de los ejes de la adolescencia, este es una especie de proyección de propósitos que se plantean concretar conforme se crece no solo física, sino emocionalmente. El trabajo y los estudios definirán en gran medida alcanzar las metas y objetivos que se trazan en este proyecto.
El desarrollo del adolescente demanda cuidado y observación, ya que la edad es propicia para hacer germinar no solo cualidades, sino calidades positivas que estimulen ser buenas personas y además excelentes profesionales.
Es importante abrir rutas de dialogo y comunicación con los adolescentes para crear climas que favorezcan entornos seguros; entender sus inquietudes, pasiones y preocupaciones; apoyarles, orientarlos y corregirlos apropiadamente para que transformen sus desafíos en logros