LA EDUCACIÓN TECNICA

Las política educativas muestran cada vez más interés en proporcionar herramientas para movilizar los conocimientos y habilidades adquiridas y aplicarlas de forma práctica al mundo del trabajo; en este sentido es importante afirmar que la modernización y el desarrollo comercial encuentran sintonía con modelos formativos dentro de la educación escolarizada que estimulen acciones con fundamento tecnológico, donde las personas tengan la capacidad de innovar, diagnosticar y reparar maquinaria o componentes, fortaleciéndose la cultura del emprendimiento y permitiendo  a los jóvenes aprovechar las oportunidades de empleo y desarrollo empresarial mediante un conjunto de habilidades y competencias que faciliten su inserción laboral, haciendo realidad sus aspiraciones de superación personal.

La educación técnica tiene como objetivo principal formar personas con experiencia y conocimientos que las habiliten para una actividad laboral especializada, en la que brindan asistencia o apoyo a los niveles profesionales. En sus orígenes, la educación técnica y formación profesional fue concebida como un sistema exclusivo para formar trabajadores, caracterizado por su flexibilidad, su carácter terminal y su independencia del sistema del sistema educativo regular. Sin embargo, esta concepción se modificó y las innovaciones en ciencia y tecnología junto con las modificaciones del mercado laboral, han generado una conciencia y una necesidad de que las personas no solo se formen en una especialidad técnica, sino que además se preparen para el aprendizaje continuo y la posible rotación entre diferentes áreas técnicas y sectores productivos.

Se vislumbra una nueva era educativa desde una perspectiva socio económica caracterizada por el rompimiento de las barreras teóricas, que mantienen atadas a la imaginación y la creatividad; por ende educar con enfoque utilitario además de brindar un valor agregado a la formación escolar, satisface las expectativas personales, familiares e industriales.

Con la excesiva dependencia que el ser humano ha creado sobre los aparatos, el escenario de la comunidad de consumo ha generado el creciente protagonismo de las personas que integran la  fuerza productiva que dispone y aplicar asertivamente sus conocimientos para mantener la necesaria funcionalidad de los dispositivos.

La capacidad investigativa de este sustrato profesional, garantiza la homologación de conocimientos teórico prácticos, brindando una excelente posibilidad de inserción laboral al egresado de la rama de la enseñanza, llevando a la realidad los saberes y destrezas adquiridas.

Sin lugar a dudas, las rutas del aprendizaje dentro de este modelo, conducen a enfoques de competitividad, demandados por la industria y los servicios, orientando al estudiante hacia un acto de “eugenesia “moderna, atendiendo a la globalización y funcionalización que rigen la dinámica socioeconómica.

Cabe mencionar que la enseñanza y la formación técnica profesional constituyen una recomendación constituyen una recomendación de la UNESCO, reconociéndolas como un medio para la preparación de la ciudadanía y un método que reduce los índices de pobreza, todo ello dentro de un medio de valorización de los conocimientos tecnológicos y científicos de la sociedad contemporánea.

Podemos concluir que la formación y el perfeccionamiento de contenidos de carácter técnico dentro del nivel diversificado fortalecen los conocimientos prácticos de una cultura cada vez más especializada, validando los perfiles de aptitud y actitud que permitan aprovechar oportunidades laborales.