EDUCACIÓN AMBIENTAL

Uno de los ejes de la reforma educativa contempla el Desarrollo Integral Sostenible, interpretándose como la preocupación del estado para que la sociedad a través de la enseñanza se constituya en una comunidad ecológicamente sustentable y humanamente aceptable.

Este eje se preocupa por la eliminación de las barreras que limitan el cuidado de la naturaleza y del entorno, promoviendo acciones para que la niñez y la juventud ejerciten la ética ambiental.

El diseño curricular reconoce la importancia de la relación del ser humano con la naturaleza, resaltada en la cosmovisión de los mayas, garífunas y Xinkas, pues la sostenibilidad no puede estar ajena del desarrollo responsable.

La Constitución Política de la República de Guatemala establece en los artículos 97 y 119 el espíritu del estado para prevenir, mantener y garantizar el aprovechamiento y equilibrio ecológico; adicionalmente a ello es importante mencionar que la Política de Educación Ambiental se encuentra normada en el Acuerdo Gubernativo 791-2003 como un deseo de construir y desarrollar un concepto que permita el cambio de patrones culturales negativos para el ambiente mediante un compromiso individual y colectivo. En este sentido, la educación es clave para entender los problemas derivados del deterioro socio ambiental, sensibilizando a los alumnos, para que se genere el cambio de actitud en las nuevas generaciones.

Educar con conciencia ecológica comienza en casa

Los núcleos familiares pueden incidir en los principios iniciales que los niños deben conocer al momento de generarse la primera socialización; por ejemplo la enseñanza de la limpieza en la familia, acostumbrarlos a velar por que mantengan ordenados y limpios los diferentes espacios de la casa.

Otras acciones: Enseñar a cerrar el chorro mientras nos cepillamos los dientes o lavamos las manos; acostumbrarles a una ducha “rapidita”; apagar la luz cuando salgan de una habitación, apagar la Tv o aparato cuando no se está usando; usar apropiadamente (al máximo) los folios de un cuaderno para no desperdiciar las hojas; no tirar la basura en la calle, buscar los depósitos recolectores, o llevar una bolsa para depositar nuestros desechos.

Definitivamente no podemos esperar que la escuela o el colegio lo hagan todo, como padres tenemos una gran responsabilidad, y se debe partir desde la enseñanza misma del amor, como génesis de todos los demás productos sociales.

Para alcanzar la sustentabilidad debemos estar conscientes de nuestra responsabilidad, así por ejemplo: cuando se va al supermercado y se reciben las compras, se pueden llevar bolsas plásticas que ya han sido usada u otras de tela, la idea es reutilizar.  La enseñanza de que las plantas también son seres humanos y que nos proveen a toda la humanidad de oxígeno, sin el cual la vida no puede existir en nuestro planeta, es importante.

Debemos enseñar el valor del reciclaje, de tal manera que podamos contribuir a la disminución de la contaminación de ríos, lagos y afluentes; o simplemente la obstrucción de los desagües de nuestra comunidad, lo cual puede provocar inundaciones en época lluviosa.

Para finalizar, los principios ambientales también contemplan la eliminación de los ruidos que pueden dañar la salud humana.

Deseamos que este artículo sea de utilidad y poder aportar ideas o reforzar conceptos para que desde las familias hagamos un mismo frente de trabajo y podamos vivir mejor en sintonía con la naturaleza.

“TODOS HABLAN DE DEJARLE UN MEJOR PLANETA A NUESTROS HIJOS, POR QUE NADIE INTENTA DEJAR MEJORES HIJOS AL PLANETA”