VIVENCIA SOCIAL DE MOMENTOS TRASCENDENTES

Las sociedades mundiales transitan por momentos que históricamente se habían vivido hace un siglo; las características de la pandemia derivada del Covid-19 muestra en todas sus dimensiones nuestra fragilidad llevando a la humanidad a un punto de inflexión. Esta experiencia colectiva, para la cual no estábamos preparados, puede mostrarnos un futuro incierto, totalmente inédito en nuestra historia reciente. La crisis provocada por el denominado SARS-COV-2 no es la primera ni, desafortunadamente, será la última a la que se enfrente el hombre, debiendo extraer de la misma las lecciones aprendidas para retornar a nuestras actividades más fortalecidos, visualizar oportunidades nuevas y caminar con un profundo sentido de conciencia social.

Los desafíos generacionales que tenemos frente a nosotros deben ser abordados teniendo un sentido positivo. Indudablemente las huellas que dejará esta enfermedad trascenderá durante mucho tiempo; lo mismo sucedió con la “Gripe española” que atacó a quienes Vivian alrededor del año 1919 y cuyos efectos alcanzaron los ámbitos económico, político y social.

La pandemia y sus efectos se posiciona en un primer plano y relega a otros temas a un “mañana”, ya que del desarrollo y conclusión de la misma depende inclusive la propia sobre vivencia. El confinamiento forzado del cual ha participado más de un tercio de la humanidad debe provocar la reflexión sobre aquellas pequeñas cosas que, quizá, no valorábamos (por ejemplo, un simple abrazo o estrechar la mano de un amigo).

El teletrabajo, la enseñanza remota y el acceso a productos culturales en línea son algunos artículos que recibirán mayor cobertura y promoción; y que decir de los valores humanos que han sido estimulados, haciendo florecer virtudes como la solidaridad hacia personas desposeídas y en situación vulnerable. Ello nos hace meditar sobre lo afortunados que somos al tener sobre nuestra mesa el sustento diario y necesario, lo cual debe generar un agradecimiento infinito al creador por ese privilegio.

El nuevo siglo XXI (del cual no llevamos recorrido ni la cuarta parte) nos muestra un rostro de sacrificio que nos deja en estado de Shock, el mismo sentimiento que nuestros padres y abuelos pudieron haber vivido con las guerras mundiales del siglo pasado. En este caso el combate no es contra un ejército visible, sino un enemigo microscópico, al cual se le derrota con medidas higiénicas, abundante agua, jabón, distanciamiento social y mascarillas.

La factura que tendremos que pagar todos es elevada junto con el costo económico, pero sobre todo el contexto humano, debiendo ser una experiencia que nos una y, particularmente los niños y los jóvenes deben ser orientados para hacer florecer en ellos el amor hacia el prójimo y la naturaleza, fortalecer los lazos consanguíneos y construir una cultura de pensamiento y actitud positivas.

La crisis del CORONAVIRUS es un reto para todos y es además el motivo perfecto para replantearnos nuestra misión y visión como personas y orientarlas no hacia ámbitos materiales sino en construir perfiles en nuestros hijos y alumnos siendo racionales e íntegros, congruentes con la resiliencia, practicantes de conciencia ciudadana, no siendo consumistas, conscientes de sus necesidades reales.

Rescatar un mensaje que trascienda de esta vivencia está en nuestras posibilidades, fortalezcamos nuestro espíritu y recordemos:

“ EL ARCOIRIS BRILLA DESPUÉS DE LA TEMPESTAD”

Deseamos paz y bien en sus vidas y sus hogares.