ADMINISTRACIÓN DEL TIEMPO DE LOS NIÑOS EN ÉPOCA DE VACACIONES

Para nadie es un secreto el dilema por el que transcurre el pensamiento de los encargados y padres de familia de los niños y jóvenes durante el extenso período de descanso escolar. La ansiedad domina a los menores, quienes han esperado pacientemente la llegada de las vacaciones; mientras los padres asimilan la idea de tener desocupados a los hijos todo el día en la casa.

Parte del temor tiene su origen en el descontrol, que los menores duerman hasta muy tarde, miren televisión sin limitaciones o naveguen sin restricciones en internet.

La autoridad en el hogar no debe permitir que el receso se transforme en una anarquía en donde los niños terminen haciendo lo que quieran y cuando quieran. Siempre es importante que los padres mantengan un control sobre los horarios de sueño y comidas, aunque no sean tan rigurosos como durante el período escolar. En el mismo sentido debe existir un control sobre las autorizaciones o permisos para las salidas de los hijos mayores, así como establecer ciertas rutinas mínimas de ayuda en los quehaceres hogareños.

Podemos considerar los aspectos sobre los cuales debe tenerse especial cuidado en la época de descanso:

Se recomienda que el menor tenga una rutina de ejercicios físicos que le permita mantener su buen estado de salud y metabolismo corporal. Sucede que el padre de familia termina siendo indolente ante el estatismo del hijo, asintiendo su sedentarismo y consintiendo sus hábitos de comer golosinas y alimento chatarra mientras esta acostado viendo televisión o navegando en internet.

Es importante velar por el tipo de contacto que los menores mantienen con otros amigos, deben cuidarse los lazos de amistad que se puedan crear en ausencia del ambiente escolar. Las vacaciones son un momento propicio para consolidar las relaciones personales con otros miembros de la familia, con los cuales normalmente no se comparte cotidianamente.

Muchos padres de familia piensan que debe aprovecharse el tiempo estudiando o reforzando conocimientos en los cuales los hijos manifestaron debilidades a lo largo del ciclo escolar; sin embargo, no debemos olvidar que las vacaciones son un lapso de tiempo en el cual los niños y los jóvenes necesitan recuperar sus fuerzas, debe quebrarse la rutina diaria, permitiendo un horario relativamente más extendido para levantarse; la intención es que no perciban la obligación ni la presión por el estudio.

Si un niño tuvo un rendimiento normal durante el año escolar, lo cual le permitió la promoción escolar, no debería tener necesidad de reforzar o prepararse para el año siguiente. Sin embargo, si evidenció algunos problemas académicos durante el año, el profesor podría aconsejar antes de terminar el año algunas actividades para reforzar su aprendizaje. Pero si un niño ha pasado de curso normalmente y sin haber tenido mayores dificultades, independientemente de los olvidos obvios que se producen, no debería dedicar sus vacaciones más que a descansar, jugar, pasear y realizar actividades al aire libre.

Una recomendación clave consiste en estimular la lectura durante las vacaciones. Recordemos que la lectura es una competencia básica para la vida porque es indispensable para desenvolverse con éxito en la sociedad actual. La preferencia de los niños y jóvenes para escoger el tipo de lectura es importante, se aconseja que sea de carácter formativo. El niño debe entender que la lectura no forma parte del trabajo que realiza en la escuela, sino que es parte de su vida, de su aprendizaje permanente.

Como padres de familia debemos estar conscientes que la lectura es una herramienta instrumental favorecedora para el desarrollo de destrezas de pensamiento crítico, imprescindible para el ejercicio responsable de la ciudadanía, siendo nuestra obligación, y en ausencia de los maestros, darle la continuidad y consolidarla como un hábito.

Y no olvidemos, la mejor manera de instaurar el hábito de leer es con el ejemplo. Demuéstreles que la lectura es una de las maneras más interesantes y entretenidas de disfrutar el tiempo libre.

Para finalizar, debe existir un acercamiento e interés por las redes sociales a las que accede el menor en el descanso, sobre todo por los riesgos y efectos derivados de las comunicaciones con personas extrañas. Orientemos a nuestros hijos para administrar inteligentemente esta herramienta, reflexionando y analizando los círculos de amigos, restringir el acceso al internet, fiscalizarlo constantemente redundará en la tranquilidad a los padres y control sobre los menores.

Recomendación final: Cuidemos de nuestros hijos, nuestro gran tesoro y estemos pendientes de su bienestar.