EL BULLYING

Pocos temas en el ámbito educativo generan tanta discusión y polémica como el denominado “acoso escolar”. Históricamente podemos afirmar que el fenómeno del Bullying no es nuevo, se ha manifestado desde hace muchos años, existiendo en la actualidad una incidencia aproximadamente del 15 al 25% entre agresores y víctimas en Guatemala. La documentación reciente del tema se inicia desde el hecho que la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el año 2006 brindó un informe sobre la violencia contra niños, definiendo las principales formas de agresión en la escuela:

  • Castigo físico y psicológico.
  • Acoso escolar.
  • Violencia sexual y por razones de género.
  • Violencia por discriminación y racismo.
  • Violencia externa o de conflicto.

 

La Declaración de los Derechos del Niño y Niña contempla en uno de sus apartados: “El niño debe ser protegido contra las prácticas que puedan fomentar la discriminación racial, religiosa o de cualquier índole. Debe ser educado en espíritu de comprensión y tolerancia, de amistad entre los pueblos, de paz, fraternidad universal y con plena conciencia que debe consagrar sus energías y aptitudes al servicio de sus semejantes”

En ese orden de ideas, es importante enfatizar que el Bullying se distingue de otras acciones porque representa un patrón de comportamiento continuo, más que un evento aislado.

Es decir, que cuando se molesta de una forma amigable y juguetona o cuando 2 estudiantes que tienen más o menos la misma fuerza discuten o pelean, no se tipifica como “Bullying”.  Diversos autores señalan que para emplear este término y para categorizarlo como fenómeno de agresión, debe existir diferencia de poderes, en donde la víctima es menos poderosa que su agresor; pudiéndose dar también cuando un grupo de personas comete un abuso contra una víctima o víctimas específicas y que conlleve el objetivo de humillar y controlar al alumno.

El acoso escolar se inicia en la preprimaria, se intensifica en la primaria y tiende a decaer en la secundaria. Atendiendo la naturaleza o los efectos colaterales derivados de la provocación u ofensa, se pueden dividir en:

AGRESIÓN FÍSICA

La agresión o maltrato físico se refiere al acto mismo de atentar contra la integridad física de la víctima, puede dividirse en directa cuando se refiere a golpes y patadas o indirecta cuando la agresión va dirigida a sus pertenencias, como robar, esconder o romper sus objetos.

La agresión física es de las primeras respuestas que dan los niños al preguntarles qué es acoso escolar, es más común en menor edad, pero con el desarrollo de la masa muscular la agresión física se va tornando de mayor riesgo.

AGRESIÓN VERBAL

La agresión o maltrato verbal es el tipo de agresión expresada a través de la palabra, también puede dividirse en directa e indirecta; generalmente se expresa por insultos, apodos, gritos, burlas crueles acerca de la indumentaria, aspecto físico, origen étnico o anomalías visibles. En un niño la agresión verbal es más significativa que en un adulto, porque él no tiene aún la noción clara de su personalidad y debido a que está en búsqueda de ella, la agresión verbal puede causar confusión entre cómo “debería ser” y cómo “es”.

El autor Evans (1999), dice que el abuso verbal es común en la sociedad actual.  Él propone hasta 15 tipos de agresión verbal y explica que sus consecuencias pueden no ser notorias a simple vista, pero una víctima expuesta sistemáticamente a este tipo de abuso puede llegar a desarrollar un trastorno depresivo.  Las categorías de abuso verbal propuestas por Evans son: contener, contradecir, despreciar, ataques disfrazados de chiste, bloquear y desviar, acusar y culpar, juzgar y criticar, trivializar, destruir, amenazar, insultar, olvidar, ordenar, negar y manifestar ira abusiva.

EXCLUSIÓN SOCIAL

La exclusión social hace referencia al acto a través del cual la víctima es separada del grupo en determinados aspectos -o en todos-; su división entre directa e indirecta toma características de excluir, no permitir participar, ignorar y menospreciar, respectivamente.

Para el autor Voors (2005) la exclusión social es una conducta inherente al ser humano, pues cuando una persona no encaja entre las pautas del grupo, es excluida. En el transcurso de la historia se ha encontrado la exclusión en diferentes tipos de grupos humanos, desde los religiosos hasta en las organizaciones de trabajadores, siempre cumpliendo la función de asegurar la unidad grupal. En la escuela, el acoso escolar se usa para castigar a quien no cumple con los criterios impuestos, generalmente, por el líder. Este tipo de agresión es más común en las niñas que en los niños. En la adolescencia, cuando los individuos están aprendiendo a socializar, ser rechazado por el grupo puede resultar atroz, llevando a la desestima y depresión.

AMENAZA

Algunos autores proponen la amenaza como una categoría separada, aduciendo que las implicaciones psicológicas difieren al resto debido a que la interpretación cognitiva de estas produce una angustia continua mientras la víctima espera que se cumpla la amenaza. Acciones como amenazar para amedrentar, coaccionar y chantajear son situaciones que caen dentro de esta categoría.

AGRESIÓN GRUPAL

Cuando la agresión se genera por dos o más niños es considerada como una agresión social. En nuestra sociedad es importante reconocerla por las implicaciones que tiene. De acuerdo con Voors (2005), los agresores son populares en primaria, pero empiezan a ser aislados del grupo mientras avanzan los grados y esto los obliga a reunirse para formar bandas o grupos de agresores.

¿CÓMO CONTRARRESTAR EL ACOSO ESCOLAR?

Unificar el tema de la práctica y consolidación de los valores es una clave fundamental para eliminar el Bullying escolar. Aunado al trabajo en el tema de las virtudes morales tanto en el ámbito familiar como en el contexto académico, también se presenta el liderazgo del docente como figura protagónica que pueda evitar los agravios personales. El papel de los docentes, maestros o profesores es decisivo a la hora de enfrentarse a una situación de acoso escolar en su salón. El establecimiento de límites y la actitud de dejar de permanecer indiferentes ante el problema harán que los estudiantes puedan manejar con inteligencia todo tipo de situaciones. Los maestros deben definir reglas y dejar de tener una actitud pasiva ante el problema.

Al docente se recomienda:

  • Hablar con los estudiantes, tratando de concientizar sobre las relaciones interpersonales, empleando socio dramas, juego de roles o historias.
  • Procurar ser modelo, evitando favoritismos y fomentando la empatía.
  • Crear un clima de seguridad, estableciendo reglas claras y no tolerando ningún tipo de agresión.
  • Identificar las primeras señales de acoso, antes que se convierta en un problema mayor. Es indispensable ser observador.
  • Escuchar activa y empáticamente cuando un estudiante hable o describa algún hecho que puede derivar en una agresión.
  • Promover una estrategia que estimule la resolución de conflictos.
  • Reforzar la conducta positiva.

 

El Bullying es un fenómeno que nos habla de intolerancia, discriminación, negación de la diversidad, prejuicios o estereotipos y, está asociado además con severos trastornos de salud y desequilibrios, incluyendo depresión y ansiedad. Podemos concluir que el clima escolar incide en la tranquilidad y el rendimiento estudiantil, siendo afectado por las agresiones o acosos entre miembros de la comunidad educativa.

El ser humano es eminentemente social, inicia sus procesos de conexión y vinculación con otros desde la infancia y se consolida en la juventud; los educadores deben participar de una alianza entre la familia y el colegio para eliminar el acoso escolar y estimular el clima afectivo de los niños y jóvenes.

BIBLIOGRAFIA:

Guía para la identificación y prevención del Acoso Escolar. MINEDUC. 2011.

Olweus, D (2003). Victimization By Peers:  Antecedents and long-term consequences. Noruega: Psyhp.uip.

Voors, W. (2005). Bullying: el Acoso Escolar. Barcelona: Ediciones Oniro S.A.