LA NOMOFOBIA

Con el impacto que las tecnologías tienen en el que hacer humano, cada vez más personas dependen de un pequeño aparato popularizado en la década de los años 90, nos referimos al “teléfono celular”. En sus inicios la señal era analógica y básicamente su funcionamiento y razón de ser giraba exclusivamente en torno a la comunicación de voz de persona a persona. Sin embargo, con la digitalización, aparecieron servicios como la mensajería y los recursos multimedia, con lo cual demandó el incremento a la denominada 2.5G a partir de la cual se mejoraron las velocidades en la transmisión de tatos incluyendo imagen y sonido.

En la actualidad el teléfono celular ha evolucionado a tal punto de generar polémica con la instalación de la tecnología 5G; esta red que ya ha sido probada en países industrializados muestra una alta eficiencia en conectividad, tanto en la subida como la descarga de datos e información.

Con el parecimiento de las redes sociales se reconoce aún más la alta dependencia que tenemos de esta singular herramienta, la cual ha ido ganando protagonismo, por cuanto reúne muchas características y bondades que simplifican la existencia del ser humano moderno. Esta hiper conectividad ha desencadenado críticas ya que se considera excesivamente supeditado el desempeño de las personas al móvil que las acompaña.

INSOMNIO SOCIAL

Estar pendiente de las redes y notificaciones puede llegar hasta robar el sueño y descuidar las responsabilidades domésticas y laborales, provocando distracción y cambiando las prioridades (procrastinación). La inmediatez de las comunicaciones estimula el hecho de estar pendiente de varias personas en un mismo tiempo, lo cual genera ansiedad. Acostarnos viendo el celular y levantarnos viendo el celular provoca excesiva fidelización a la navegación, a las aplicaciones, a los juegos online y al intercambio de mensajes e información.

Hay que mencionar que la interacción humana cada vez es más pobre, por ejemplo familias sentadas en torno a la mesa de alimentos, pero cada uno de ellos pendiente del teléfono celular y no del diálogo y la comunicación entre personas.

La Organización Mundial de la Salud señala que las personas pueden estar sufriendo “Nomofobia” en cantidades que van 8 de cada 10; hoy en día no nos sorprende en absoluto caminar por la calle y ver a la mayoría de personas pendientes del móvil, inclinando la cabeza sin mirar hacia delante por ir pendientes de la pantalla.

La nomofobia es un término novedoso que consiste en tener un miedo irracional a no poder usar el teléfono móvil, ya sea por no llevarlo con nosotros o por tenerlo fuera de cobertura o batería.

Veamos algunos rasgos que caracterizan a esta anomalía conductual:

  • Molestarse cuando alguien no contesta algún mensaje
  • Malestar por no contestar el Smartphone constantemente
  • Dormir con el dispositivo muy cerca
  • Preocuparse excesivamente por llevar cargadores portátiles por miedo a quedarse sin   batería.
  • Revisar el móvil de forma compulsiva para verificar si hay notificaciones recientes.
  • Tener molestia por quedarse sin señal.
  • Despreocupación por obligaciones debido a la atención que le brinda al teléfono.
                   

ALGUNAS ESTRATEGIAS PARA REMEDIAR LA NOMOFOBIA

LOS ADULTOS COMO EJEMPLO

Reconocer que tenemos la responsabilidad de obrar en un sentido lógico, coherente y responsable, con madurez; es decir desenchufarse del móvil y engancharse con la familia.

DIETA TECNOLÓGICA DEACUERDO A LA EDAD

La tecnología se ha vuelto tan popular y asequible que ha llegado hasta los más pequeños; es recurrente ver a padres de familia entregar un smartphone los más pequeños con tal que estén entretenidos. Es inminente que accedan a lugares, sitios o imágenes que no son apropiadas a su corta edad. De ahí la importancia de ser cuidadosos y mesurar el acceso sin supervisión. Con los pre púber y los adolescentes debe existir una constante fiscalización sobre las calidades y contenido que visitan frecuentemente para fortalecer en ellos valores y virtudes ligadas a la responsabilidad.

ORIENTAR

Debe cuidarse transmitir el mensaje que la tecnología tiene bondades, pero que es valioso emplearla inteligente y racionalmente, que se emplee como un medio para solucionar inconvenientes, pero que no se un medio para provocarlos.

Actuemos racionalmente, formemos a las nuevas generaciones para que en un futuro sean adultos equilibrados y responsables.