CARÁCTER, LIDERAZGO Y FORTALEZAS

No podemos juzgar a una persona por sus habilidades en determinado desempeño, ya que si bien unos destacamos en determinadas áreas otros lo hacen en ramas distintas del que hacer humano. El secreto está en encontrar las actividades o trabajos en los cuales nos destacamos y volverlas en cualidades que hacen posible la construcción de experiencia.

El carácter de un individuo está constituido por la forma en que reacciona frente a situaciones diarias; se dice que está determinado por el entorno social, siendo la piedra angular de la moralidad humana. El carácter da seguridad a las decisiones y hace que no cambien las ideas, además comprende un conjunto de rasgos que se adquieren y se perfeccionan a través del aprendizaje.

Cabe agregar que el carácter integra a la personalidad, la cual se enriquece en la medida que trascurren experiencias que nos hacen progresar. Cuando la suma de aspectos de personalidad es trascendente y contagia positivamente a otras personas, se está frente a un líder.

El líder es aquella persona que alienta, enseña, escucha y facilita la ejecución y progreso de todas las personas bajo su influencia y hace que su gente no solamente le crea y le siga, sino que se transforme convirtiéndose en agentes de cambio. Un buen modelo de liderazgo es aquel que empodera a las personas, propicia la mejora, eficiencia y la efectividad, contribuyendo al bienestar personal y social. Adicionalmente hace que los individuos se enfoquen en aquello que hacen mejor, cultivando sus virtudes y proyectándolas a su entorno.

Encontrar placer en lo que se hace y desarrollarlo de la mejor manera constituye una habilidad, la cual al ser perfeccionada se convierte en fortaleza. Identificarlas hace que crezcamos y maduremos. ¿Qué sucede cuando alguien utiliza estas cualidades con frecuencia?:

  1. Se eleva el nivel de compromiso.
  2. Mejora el desempeño en el trabajo que se desarrolla.
  3. Crece el nivel de satisfacción y de felicidad
  4. Se alcanzan los objetivos de manera más efectiva.

La capacidad de liderazgo es una competencia altamente requerida en los contextos laborales que buscan maximizar el potencial y alcanza la visión empresarial. Para llegar a este éxito se debe entender el protagonismo del trabajo en equipo, el cual es uno de los medios más empleados para alcanzar las metas funcionamiento, crecimiento y expansión. Este modelo de desempeño se sustenta en de interacciones de roles individuales de compromiso y trabajo. Estimular y asistir al progreso de los colaboradores y hacer que estos se conozcan a lo interno cada vez más, fomentando la creatividad y la consecución de un objetivo común identifica la gestión exitosa de un liderazgo, sustentado en las fortalezas, cualidades y el carácter de quienes creen y confían en él.