NARCISISMO Y SELFISMO

12/05/2023

En nuestros días el acceso a las redes sociales es mucho más frecuente desde edades infantiles, por ello cada vez más jóvenes y niños son creadores de contenido visual, el cual es compartido por el mismo usuario muchas veces, sin mayores restricciones de privacidad. El control y fiscalización de los perfiles de los menores es responsabilidad de los tutores o padres de familia, quienes deben revisar la calidad de las publicaciones y las medidas de restricción para que ninguna persona desconocida a los contextos escolares o sociales interactúe fácilmente con ellos.

Hay un comportamiento que recurrentemente es observable y es la autopromoción o búsqueda de atención de la persona que publica en redes para mostrarse “interesante” frente a otros individuos, sean o no seguidores de su perfil digital. Inclusive hay criterios de expertos en el área de la dinámica humana que señalan una necesidad oculta de autoestima, encerrada en esta acción.

La patología que caracteriza al denominado “selfismo” es una necesidad de pertenencia a grupos y sentirse incluido entre individuos que comparten ciertos rasgos comunes o bien duplicar acciones de gente que ejecuta cierta postura o posición frente a la lente de una cámara fotográfica o de video.

La relación que, en determinado momento, podría apreciarse con una postura narcisista no se muestra de forma directa, de ahí la importancia de anotar que el Narcisismo proporciona elementos característicos de una excesiva autoadmiración y superioridad, que inclusive se orienta hacia la búsqueda de atención; esto provoca deterioro en las relaciones interpersonales. Expertos en la temática señalan que los primeros indicios de narcisismo podrían presentarse desde la adolescencia; consecuentemente es primordial el acompañamiento de terapias especializadas, a través de las cuales se defina una ruta de tratamiento.

No debería existir preocupación de que las “selfies” se concreten como una diversión o archivo de imágenes, ya que fortalecen el camino hacia una autoafirmación; pero si estas buscan que la persona sea sujeto de una aprobación comunitaria por medio de los llamados “likes” convirtiéndose en una necesidad incesante, en este caso sí debe ser objeto de preocupación, en donde la búsqueda de otras fuentes alternativas que enriquezcan la autoconfianza sea objeto de atención. En este sentido podemos afirmar que identidad y el valor personal, jamás pueden ser definidas por comentarios o cantidad de seguidores.

Las inconsistencias de proyectar una imagen digital idealizada, copia de otras personas y que no corresponden a la realidad, puede derivar en incoherencia en una marca personal “original”; adicionalmente un procesamiento excesivo en las imágenes o “selfies” muchas veces terminan en manipulaciones que no son objetivas. No está de más recordar que todas las interacciones a través de redes (comentarios, likes o publicaciones) dejan huella en el internet.

Podemos concluir que las nuevas generaciones se identifican con las “selfies” como atributo a una consciencia extrovertida, seguimiento a una cultura de proyección colectiva vigente en el contexto temporal. Cada padre de familia o jefe familiar carga con la responsabilidad de transmitir buenas prácticas éticas en donde los niños y jóvenes se muestren con pudor y mesura, proyectando la felicidad y estabilidad que debe reinar en el círculo familiar.