COMPETENCIAS Y HABILIDADES

Establecer las diferencias entre estos dos términos, permitirá comprender la importancia estratégica en el campo educativo.

Una competencia se define como: “La capacidad de actuar de manera eficaz en un tipo definido de situación, capacidad que se apoya en conocimientos, pero que no se reduce a ellos”; en otros términos, significa que es un conjunto de atributos que una persona posee, permitiéndole desarrollar una acción efectiva en determinado ámbito.

En cuanto a las habilidades, estas son aptitudes innatas, talentos, destrezas o capacidades que ostenta una persona para llevar a cabo y por supuesto con éxito, determinada actividad, trabajo u oficio. Casi todos los seres humanos, incluso aquellos que observan algún problema motriz o discapacidad intelectual, entre otros, se distinguen por algún tipo de aptitud.

El ejercicio de las competencias se relaciona tanto con situaciones mentales de alto nivel cognitivo como con esquemas y formas de pensamiento complejo que nos permiten determinar una acción, de manera rápida, más o menos consciente y eficaz, resolviendo situaciones problemáticas.

En el escenario educativo se prevé con el devenir de los diferentes grados académicos, el fortalecimiento de competencias indispensables para el futuro desempeño profesional y personal.

Paralelamente, en el ámbito psicosocial, el ser humano manifiesta destrezas o habilidades que no necesariamente están en sintonía con las competencias académicas; así, se suele relacionar las habilidades con ciertas facilidades, primariamente vinculadas con trabajos físicos o manuales.

Las habilidades deben ser valoradas, ya que son relevantes en la promoción personal en la vida, reflejando la manera en la cual nos relacionamos con nosotros mismos, con las demás personas, con el entorno social y natural.

Veamos a continuación las 10 habilidades más importantes a considerar:

  1. Autoconocimiento.
  2. Empatía.
  3. Comunicación asertiva.
  4. Relaciones interpersonales.
  5. Toma de decisiones.
  6. Solución de problemas y conflictos.
  7. Pensamiento creativo.
  8. Pensamiento crítico.
  9. Manejo de emociones y sentimientos.
  10. Manejo de tensiones y estrés.

 

Para finalizar, la reformulación o replanteamiento filosófico del sistema educativo y consecuentemente del trabajo docente, deriva en abandonar antiguos paradigmas mecanicistas o memorísticos que detienen el desarrollo de la sociedad.