EL HÁBITO LECTOR

A veces, sorprende ver a un niño en la playa, en el parque o en la piscina con un libro en la mano, pero lo cierto es que a la mayoría de los padres les encantaría que sus hijos también lo hicieran y se preguntan: ¿Por qué a mi hijo no le gusta leer?

A continuación, abordaremos algunas ideas que pueden orientar nuestro conocimiento sobre este tema:

Importancia de la lectura

Según el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española), “hábito” es un modo especial de proceder o conducirse, adquirido por repetición de actos iguales o semejantes. Los hábitos son un medio y un objetivo de la educación porque por ellos se desarrollan actitudes y estilos que configuran la personalidad de cada individuo.

Por todos es conocida la importancia que reviste para el desarrollo integral de la persona, aprender a leer. Esta es una destreza que abre las puertas a todo tipo de aprendizajes durante la vida. Sin embargo, no basta con ello, también es necesario adquirir el hábito lector porque solo a través de este las personas valorarán la lectura como una acción que debe realizarse permanentemente y no únicamente para resolver situaciones momentáneas.

Aprender a leer es uno de los mayores desafíos para los niños porque requiere un gran esfuerzo. Conseguir que sea una actividad divertida y atractiva es un gran reto para la mayoría de los padres y maestros.

Normalmente los padres quieren que sus hijos lean, no sólo porque sea algo obligatorio desde el colegio, sino también porque saben que con los libros se adquiere multitud de conocimientos, experiencias y habilidades que le ayudarán en su desarrollo.

La lectura infantil no necesariamente ha de comenzar en la edad escolar, ya desde antes de nacer podemos hablarles o contarles historias. Cuando todavía no saben leer se les puede narrar un cuento e ir comentando los dibujos con ellos y en el momento en el que empiezan a juntar varias palabras, podemos seguir fomentando esa curiosidad y motivación que la gran mayoría de niños presenta.

La lectura a edades tempranas juega un papel importante en el desarrollo cognitivo, social y emocional de los niños:

  • A nivel cognitivo: Ayuda a que los niños tengan una mente más ágil, permite desarrollar una mayor creatividad e imaginación, les ayuda a reflexionar sobre cosas abstractas, mejorar la ortografía y el idioma, adquieren mayor fluidez verbal y conocen otras realidades o culturas.
  • A nivel social: Si el niño se siente identificado con el protagonista del libro, puede adquirir herramientas para solucionar pequeños conflictos o situaciones sociales que el personaje también haya experimentado.
  • A nivel emocional: Compartir un tiempo de lectura al día ayuda a fortalecer el vínculo de padres e hijos. Esto generará una mayor seguridad en los niños y aumentará su autoestima.

 

¿Por qué no les gusta leer?

Existen varios motivos por los cuales los niños no quieren leer, pero algunos de ellos son:

  • En muchas ocasiones se enseña la lectoescritura como una técnica y como algo obligatorio, no como una forma de comunicación y una actividad de ocio.
  • Transmitimos al niño que lo importante en la lectura es hacerlo bien, sin errores, con una velocidad y ritmo adecuado, pero olvidamos dar importancia al contenido de lo que se está leyendo.
  • No tenemos en cuenta el cansancio que a ellos les supone la lectura cuando aún no lo tienen automatizado.

 

¿Qué podemos hacer para que los niños amen la lectura?

El objetivo principal es que los niños puedan ver en la lectura una actividad divertida y que la practiquen todos los días, para ello podemos:

  • Dedicar un tiempo de lectura conjunta (leer un párrafo cada uno). Destacar o felicitar los pequeños progresos y no tanto los errores.
  • Escoger libros divertidos para los niños y fáciles de leer. Empezar con libros que contengan poco texto y muchas imágenes.
  • Hacer juegos o actividades que fomenten la lectura sin que ellos lo sepan: jugar a leer noticias como presentadores, juegos de mesa que impliquen leer, búsqueda del tesoro, adivinanzas, hacer obras de teatro, entre otros.
  • Respetar sus derechos como lector, que lea lo que le guste y si se cansa, dejar la actividad por el momento, o establecer tiempos cortos de lectura.
  • Acompañarlos a las librerías a ver libros y dejar que ellos escojan.
  • Animarlos a escribir o inventar cuentos e historias.

 

La lectura es uno de los grandes placeres de la vida, pero para poder disfrutarla ¡primero hay que aprender a amarla! Es importante dedicar tiempo para leer con los niños y participar con ellos de las fantasías de la lectura.

(Tomado de “Capsuled”)