LA CULTURA DE LA PAZ EN LA VIDA COTIDIANA

Cultura de paz es resolver cualquier situación de la vida diaria a través de métodos pacíficos como el diálogo y la tolerancia, en lugar de métodos violentos que atenten contra la integridad física o psicológica de las personas; también se puede interpretar como la forma de promover una serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia, anteponiendo un debate, conversación o negociación.

Cada uno de nosotros debemos ser agentes de cambio entendiendo y desarrollando acciones coherentes con una cultura de paz. Esta se desarrolla en 4 dimensiones

  1. Paz conmigo mismo. Nadie puede dar lo que no tiene o lo que carece, por ello debemos amarnos, valorarnos y cuidarnos; es decir, la paz tiene como punto de partida el respeto a mi dignidad como persona.

 

  1. Paz con los demás. No somos unas islas, ausentes y alejadas de los demás; estoy y pertenezco a un mundo, a una comunidad en constante interacción, por ello es valioso respetar la dignidad y el pensamiento de los demás (aunque no se comparta). El ser humano debe aprender a fortalecer las actitudes de solidaridad, amistad y reconciliación.

 

  1. Paz con la naturaleza. El mundo es nuestro espacio vital y nos pertenece a todos, en él nos desarrollamos, crecemos y maduramos, de ahí la importancia de apreciar nuestro entorno natural, respetar y valorar los recursos bióticos; su uso racional es tarea compartida entre todos los habitantes del planeta.

 

  1. Paz espiritual. Debemos vivir en congruencia con nuestros principios y valores, honrar a quienes nos formaron y nos forman. Somos producto de factores no solo materiales o tangibles, en nuestra educación también intervienen aspectos intrínsecos o subjetivos que nos hacen ser únicos e irrepetibles.

 

  1. Saber escuchar. Defender la libertad de expresión y la diversidad cultural son acciones que consolidan la democracia. Como seres humanos debemos estar abiertos a la crítica y para ello es necesario entender el mensaje de otras personas sobre nuestras propias actitudes.

 

¿Cómo vivir una cultura de paz?

Cada vez que generamos actitudes positivas en nuestra relación personal con amigos, vecinos, familia, compañeros y aún con personas desconocidas proyectamos sentimientos de amor y respeto que se pueden multiplicar, transformándose en un “efecto de cascada” que beneficia toda la dinámica social de nuestro entorno.

Forjar una cultura de paz es hacer que los niños, jóvenes y adultos comprendan y respeten la libertad, la justicia, la democracia, los derechos humanos, la tolerancia, la igualdad y la solidaridad. Ello implica un rechazo colectivo de la violencia, en cualquiera de sus manifestaciones.

En lo educativo, el tema de la paz ha mantenido protagonismo por cuanto desde el año 2001 en la Conferencia Internacional UNESCO se definieron los cuatro pilares o principios educativos, siendo uno de ellos: “Aprender a convivir”, entendiéndose este como la capacidad de expresarse, hablar, dialogar, tener empatía, cooperar y negociar.

Los Acuerdos de Paz

No podemos obviar uno de los hechos que marcó la vida de nuestra sociedad guatemalteca, creando fragmentación y perdiéndose aproximadamente 200,000 vidas, con un saldo de más de 45,000 desaparecidos. El conflicto armado interno duró entre 1960 y 1996, finalizando con la firma de los 11 Acuerdos de Paz que dieron por concluida la guerra civil que nos desangró durante 36 años.

En la medida que manejemos inteligentemente los conflictos y conozcamos nuestros derechos y responsabilidades favoreceremos una mejor integración social. Como padres, maestros e hijos tenemos responsabilidades que no pueden evadirse, cada vez más la sociedad da muestras de cansancio de tantas formas de intolerancia, por ello nuestras acciones deben orientarse a construir una ciudadanía ideal, en donde prevalezca un sentimiento de empatía, confianza y respeto.