SEAMOS PROTAGONISTAS DEL PRESENTE
Una reflexión obligada constituye examinar nuestro desempeño en los diferentes ámbitos humanos.
Esta evaluación permitirá visualizar nuestras fortalezas y debilidades, generando un punto de partida para encontrar una nueva ruta que conduzca a superar los obstáculos, venciendo nuestras limitaciones y sacando ventaja de las firmezas demostradas.
Existe todo un mundo de oportunidades a las cuales el estudio permite acceder y acercarnos al umbral de un desarrollo personal, profesional y, por ende, social.
Uno de los puntos iniciales para alcanzar el tan ansiado éxito, lo constituye una buena organización en nuestros compromisos y en nuestro horario de estudio o trabajo. Reconocer y priorizar deberían ser actividades diarias, las cuales deben derivar en la eliminación de los distractores de nuestra atención que optimicen la gestión del tiempo.
La audaz construcción del presente permitirá el advenimiento de un futuro prometedor que materializará los sueños y metas planteadas en la actualidad. Cada uno de nosotros es un asidero de potencialidades, en muchos casos desaprovechadas. Descubrirlas, cultivarlas y aprovecharlas es una tarea que no puede esperar ser postergada.
La frase: “Nos convertimos en aquello que perseguimos”, encuentra sentido en la experiencia personal, forjada en el “hoy” y proyectada al “mañana”.
El presente es un escenario en el cual se puede escribir todo un guion lleno de felicidad y amor. El instrumento para plasmar este futuro se llama “actitud”.
La actitud es la particular forma de actuar de las personas, ligada al comportamiento, siendo un componente de carácter afectivo que subyace en el pensamiento humano, incidiendo a favor o en contra de un juicio o una valoración. La actitud determina el comportamiento y solución inteligente a dilemas o coyunturas que se plantean a lo largo de la vida.
Mostremos una buena actitud que denote nuestro protagonismo positivo en el presente.