APRENDER Y DESAPRENDER

Guatemala, 2 de junio de 2022

El escritor y sociólogo norteamericano Alvin Toffler es autor de la expresión “Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino los que no sepan aprender, desaprender y reaprender” en ella se resume la importancia de la capacidad adaptativa que pueda desarrollar una persona para desempeñarse exitosamente en diferentes momentos y circunstancias. Por ello es importante reconocer que estamos inmersos en cambios sociales, políticos, tecnológicos, económicos y culturales que constantemente rediseñan una nueva sociedad y que de manera irreversible afectan no solo a los individuos, sino que alcanzan a las instituciones y organizaciones.

La validación de un cambio de mentalidad, es decir, superar la natural resistencia y el acomodamiento dentro de la denominada “zona de confort” es valioso, ya que rompe paradigmas que aparentemente fueron escritos sobre piedra, pero que en realidad son lastres para una evolución de pensamiento y de acción; por ello es fundamental replantearse continuamente cómo desarrollamos o hacemos ciertas actividades. Vale destacar que una de las verdades más grandes en el ámbito educativo es que “para aprender algo se requiere entenderlo” lo cual justamente es contrario a la memorización y se relaciona con la aplicación o práctica.

La capacidad de aprender es el activo más valioso de las personas, siendo su aprovechamiento uno de los principales estímulos para alcanzar la plenitud de desarrollo, de ahí que independizarse de conceptos o ideas que regularmente han funcionado bien, para poner en práctica acciones nuevas que optimicen el esfuerzo y el tiempo son clave para exceder los resultados esperados.

El desaprendizaje conlleva una apertura de mente, promueve una mayor y mejor conciencia porque implica diseñar nuevos patrones, recodificando las experiencias con la visión de eliminar viejas practicas que han sido útiles pero que se transforman en arcaicas para planear rutas de innovación. Aprender a desaprender es dejar de hacer lo mismo de la misma manera; debemos entender que es muy complejo y difícil aprender algo novedoso cuando somos autodidactas o hacemos las cosas solos y, además, pretendiendo que nos salgan a la perfección desde el primer intento.

En la vida diaria se aplica profundizar en la importancia del aprendizaje, aspecto que se vincula al desarrollo del ser humano, el entorno y las oportunidades de vida que le brinda la sociedad en el contexto cultural, histórico y social que le toca vivir

Cuando finalmente la persona acepta el reto del “desaprendizaje” abre el umbral de nuevos saberes, los cuales pueden ser tan simples y sencillos como resolver problemas o pensar de una manera crítica. Si la apertura se orienta hacia lo académico es importante validar que la construcción de conocimientos representa todo un desafío en donde se vinculan muchos factores como la creatividad, imaginación, autonomía y todo un conjunto de temas o contenidos administrados por las instituciones educativas y por los docentes en particular.

Vivimos en una época donde adaptarse a los cambios significa tener la capacidad de buscar una nueva estabilidad que favorezca un equilibrio físico o psicológico; esta es una competencia necesaria para evolucionar y crecer. Reconozcamos la importancia de visualizar nuevas perspectivas y situaciones diferentes a las que regularmente estamos acostumbrados, añadiendo que, la tecnología también puede crear el impulso necesario para valorar, experimentar y adaptarse exitosamente a los cambios.